consumo-responsable

Consumismo responsable ¿qué sabes al respecto?

Contents

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo liberal se ha convertido en el sistema económico imperante en casi todo el mundo, salvando pequeñas excepciones en países que todavía intentan mantener un socialismo utópico evitando caer en esa libertad absoluta del mercado. Lo cierto es que este sistema ha traído cosas muy buenas, y otras no tanto. La evolución de la riqueza de los países ha sido más que evidente, y hoy por hoy la mayoría de naciones son mucho más ricas que hace unas décadas, gracias al impulso competitivo que da este sistema. La libertad del mercado permite que cualquiera pueda montar una empresa y hacerse rico, como hemos visto en los últimos tiempos con los jóvenes que desarrollaban nuevas tecnologías.

Sin embargo, el capitalismo exacerbado también ha traído cosas no tan positivas, como el consumismo excesivo al que estamos sometidos en todo momento. El sistema tiene que producir, y para producir hay que vender. Ya no se produce para saciar la demanda normal de los clientes, sino que se crea esa necesidad en ellos, cuando en realidad no existe, para poder venderles coches más caros, mucha más ropa, joyas y demás bienes que en realidad no son ni mucho menos de primera necesidades, pero que se han convertido ya en parte indispensable de nuestra vida, porque son los que nos dan el estatus social que deseamos aparentar, y también los que nos publicitan a todas horas en los medios de comunicación. Ese consumismo, sin embargo, está llevando al planeta a acabar con buena parte de sus recursos, algo realmente terrible. ¿Se puede frenar esa rueda consumista?

Qué es el consumo responsable

consuom-responsable-2

Podemos intentarlo, al menos, a través del consumo responsable. Se conoce así a la tendencia alternativa por la cual intentamos no comprar tantas cosas, para así no generar más problemas en el medio ni tampoco hacerle el juego a las grandes oligarquías comerciales. El consumo responsable es una manera de entender la vida, es reutilizar en lugar de comprar cuando algo se nos acaba, es darle más vida a nuestros aparatos electrónicos arreglándolos en lugar de darlos por perdidos a la primera, es acudir a tiendas de segunda mano en busca de aquello que necesitamos, en lugar de comprarlo nuevo. Se genera así una defensa ante esa idea de que debemos comprar y consumir, gastar y gastar, para que el sistema siga funcionando correctamente. No solo beneficiamos al propio medio ambiente, sino también a nosotros mismos, porque evitaremos gastar más de lo necesario.

Criterios para un consumo responsable

El consumo responsable debe ser una elección propia y consciente, tomada después de analizar la situación de consumismo banal y exagerado en la que vivimos, y querer salir de ese círculo vicioso. El ser conscientes de esto nos ayudará a actuar en consecuencia, sabiendo que estamos haciendo algo que se sale del sistema. Nace de la crítica, y busca la ética, con el objetivo de llevar a cabo un consumo mucho más equilibrado, relacionado con nuestras verdaderas necesidades, y no con las compras emocionales que llevamos a cabo después de ver anuncios y publicidades. Se busca, de igual forma, que sea sostenible, ecológico, para ayudar al mantenimiento del medio ambiente, con algo tan sencillo, por ejemplo, como no utilizar plástico, que ya sabes que afecta terriblemente al entorno.

El consumo responsable tiene mucho que ver con la reutilización  y el reciclaje, tanto propio como por parte de otras instituciones o compañías. Es velar por la sostenibilidad de nuestro mundo, y frenar ese intento del propio sistema por hacernos consumir cada vez más y más, sin pensar siquiera en si estamos haciéndolo por nuestra cuenta o solo estamos siendo manejados por esas empresa de marketing que gastan millones al año en aprender a convencernos de que necesitamos sus productos. Es también parte del consumo responsable elegir dónde compramos las cosas que necesitamos, y escoger siempre el comercio cercano, el familiar, en lugar de las grandes tiendas, ya que estamos favoreciendo un cambio social, una mayor equidad.

Beneficios del consumo responsable

El principal beneficio que obtenemos a través del consumo responsable s poder disfrutar de los productos que realmente necesitamos, y desatarnos de los complejos yugos de la mercantilización y el consumo barato. Además, estamos ayudando a crear un mundo mejor, más ecológico y sostenible, pero también más justo y social, eligiendo bien los lugares donde compramos nuestros alimentos o bienes, para equilibrar un poco la balanza entre los pequeños comercios y las grandes multinacionales. Es una forma efectiva, si se lleva a cabo con criterio, de frenar ese ímpetu intrínsecamente capitalista del consumo desaforado, de gastar y gastar sin pensar en nada más, una situación que desde luego no nos conviene desde ningún punto de vista.

Ejemplos de consumo responsable

consumo-responsable-3

Existe muchos ejemplos de consumo responsable y sostenible, y algunos incluso ya los hemos adquirido como forma natural. Por ejemplo, comprar el pan en la panadería del barrio, en lugar de ir a la gran superficie. No solo estamos ayudando a nuestros vecinos, sino que además estamos consiguiendo seguramente un producto de mayor calidad. Con esto, como con todo, el apoyo al comercio local es una de las grandes ventajas del consumo responsable, a través de la decisión real de escoger un lugar y no otro para hacer nuestras compras. Otro ejemplo podría ser intentar encontrar ropa en las tiendas del pueblo, en lugar de conducir durante una hora, con el gasto que eso supone en gasolina y contaminación, hasta el centro comercial más cercano.

El consumo responsable tiene que ver también con coger la bicicleta en lugar del coche para ir de un lado a otro en la ciudad, o con escoger productos ecológicos, que sabemos que son cien por cien naturales, en lugar de los típicos productos ultraprocesados, que además son muy poco saludables. Comprar en tiendas de segunda mano o tratar de arreglar las cosas que se nos rompen, antes de comprar otras y punto, es también una de las bases de este tipo de consumo. Y por supuesto, intentar no caer en la tentación de los anuncios publicitarios, que están encaminados no a resolver nuestros problemas o cubrir nuestras necesidades, sino a hacernos gastar incluso cuando no tenemos dinero para hacerlo.