Consume hasta Morir

Consume hasta morir

Despegado casi por completo de su origen histórico, el 14 de febrero se ha convertido en el último siglo en un día perfecto para demostrar nuestro amor… a través de gestos materialistas y regalos. Y es que si San Valentín está relacionado con el amor es por un poema de Chaucer, llamado Parlamento de los pájaros, en el que por primera vez se hace mención de la unión que surgió siglos antes entre ese día tan señalado y los propios enamorados. De hecho, antes de existir San Valentín, a principios del primer milenio, se celebrara en todo el Imperio Romano una fiesta que poco tenía que ver con el amor, Lupercalia, una celebración en la que las mujeres que querían ser fértiles eran azotadas con látigos de piel de cabra, con sangre de ese mismo animal.

Aquella salvajada desapareció siglos después, quedando el día totalmente destinado a San Valentín, cuya leyenda cuenta que era un sacerdote cristiano que se dedicó, en tiempos de guerra, a casar en secreto a los soldados enamorados con sus amantes, justo antes de ir a la batalla, algo que el Imperio prohibía. Ese supuesto gesto hacia el amor le convirtió en el santo favorito de los enamorados, y el poema de Chaucer ayudó a expandir su leyenda desde el siglo XIV hasta nuestros días. La idea del amor romántico, eso sí, ha cambiado mucho en todo este tiempo, pero aquí estamos, ya bien entrados en el siglo XXI y todavía con ese día marcado en el calendario, sobre todo si tenemos pareja, ya que es un día de grandes celebraciones.

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Internet ha cambiado las reglas del juego en muchos sectores, sobre todo en el comercio y en los negocios, que ahora se pueden realizar a nivel mundial sin necesidad de ser una gran multinacional. Si entramos en una tienda de China, por ejemplo, a través de la red, podremos encontrar todo tipo de productos muy baratos y con envíos gratuitos incluso en muchos casos, que nos permitirán adquirirlos de forma muy sencilla, algo que hasta hace quince o veinte años era absolutamente impensable. Las fábricas chinas lo están aprovechando, y hoy por hoy, la mayoría se reúnen en torno a Aliexpress.

Se trata de una gran plataforma china en la que las tiendas de diferentes vendedores ofrecen sus artículos. Podríamos decir que Aliexpress es como Amazon, una especie de centro comercial virtual en el que podemos encontrar multitud de productos, vendidos por diferentes negocios, cada cual con sus puntuaciones y sus formas de envío. Hoy por hoy, Aliexpress se ha convertido en un verdadero gigante de los negocios no solo en Asia, sino también en Europa, ya que son muchos los que entran desde el Viejo Continente a esta imponente plataforma.

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Vivimos en un mundo globalizado en el que pensamos que somos libres porque elegimos las cosas que hacemos, cuando realmente esa libertad, ese libre albedrio, está bastante influido y hasta manipulado en muchos casos por las grandes corporaciones y los medios de comunicación, a través de la publicidad. ¿De verdad necesitas viajar a ese crucero durante dos semanas o comprarte el último modelo de teléfono móvil de casi mil euros por sentirte más feliz? Algunos ni siquiera se hacen estas preguntas y simplemente se dejan llevar en las redes del consumismo más extremo.

Sin embargo, son los propios comerciantes, las empresas y los publicitarios los que conocen mejor que nadie esa sensación y juegan con ella para provocarla en los clientes y hacerles comprar de manera compulsiva, creando necesidades artificiales que solo pueden satisfacerse con sus productos. Es una técnica que lleva ya muchas décadas en funcionamiento, aunque es cierto que ahora se está volviendo un poco más extrema porque los anuncios nos llegan por todas partes, incluyendo esos dispositivos móviles que siempre llevamos encima. El consumismo vive una nueva época dorada y los sentimientos y las emociones tienen mucho que ver en ello.

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Después de mucho buscar, das con un sitio web donde tienen lo que buscas a un precio razonable. Cuando ya te dispones a cumplimentar el formulario de compra, te sale un mensaje en el que te informan que, sintiéndolo mucho, la empresa no realiza envíos a Canarias, Ceuta y Melilla.
Algunos intermediarios como Idealo aseguran que solo la tercera parte de las empresas con las que trabaja tienen servicio de entrega que llega hasta Canarias y a las otras dos ciudades autónomas.
Y si lo hacen, los gastos de envío son hasta diez veces más altos que al resto del país. Se da la paradoja que estos costes adicionales pueden ser más altos que el precio en sí mismo del artículo que venden.
Este tipo de fenómeno se llama geoblocking. Es decir, empresas que bloquean sus servicios o productos para que no puedan ser enviados a lugares como las Islas Canarias. Entre las compañías que hacen geoblocking están Ikea, Bimba o Lola.
Por lo que se sabe, este tipo de prácticas no gustan a las instituciones europeas y tanto el Parlamento como el Consejo están estudiando las fórmulas para acabar con ello.

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Un libro es una señal de distinción. Coleccionar libros transmite una imagen de cultura y sofisticación.
Durante mucho tiempo se ha tenido la idea de que, tras una vasta biblioteca, hay detrás personas con conocimientos enciclopédicos, gustos refinados y gente experta en cualquier materia del saber humano.
En contraposición a la bibliomanía, la bibliofilia es un pasatiempo noble que anima a la persona a reunir en los estantes de su salón una colección de libros de su gusto, particularmente cuando son raros y curiosos. Es un coleccionismo sano que desafía al coleccionista a la búsqueda y adquisición de títulos que son difíciles de adquirir, ya sea por estar descatalogados, ya porque fueron editados en primeras o segundas ediciones y hacerse con ellas añaden un plus complementario a la colección.

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No es casualidad que, tras la campaña de Navidad, los grandes y pequeños comercios se lancen a la búsqueda del consumidor atrayéndolos con la temporada de rebajas. El volumen de facturación que supone la época navideña para estos negocios es al menos del 20% del volumen de ventas de todo un año.
Pero cuando cae el último polvorón, se desmonta el belén y se retiran las bolas del árbol, las tiendas también se quedan vacías y los dependientes están mano sobre mano a la caza de algún regazado.
Para eso el comercio se reinventa en enero con dos meses de rebajas. De alguna manera hay que animar el cotarro de ventas y, de paso, aligerar el exceso de stocks y de los excedentes que si no se liquidan pronto acabarán formando parte de la decoración.

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Todos soñamos con encontrar las mejores ofertas, y ahora que Internet lo pone todo a nuestra mano en un par de clicks, parece que esto se hace mucho más sencillo, simplemente sabiendo donde buscar. Porque la información está, y hay incluso páginas y portales que pueden reunirla, para que estemos atentos a todo lo que ocurre en la red, y no se nos escape ni una de esas ofertas que aparecen por sorpresa. Los chollos de Internet nos permiten conseguir objetos que siempre hemos querido comprar a precios mucho más bajos, para poder acceder a ellos. Y es que ahora, con tanta competencia, los chollos están a la orden del día.

Pero en un mar tan inmenso como el de Internet, muchas veces cuesta centrarnos para encontrar lo que realmente estamos buscando. Sabemos que la información está ahí, pero ¿cómo estar al tanto? Estas ofertas aparecen muchas veces sin ser anunciadas, y en ocasiones son muy limitadas, por lo que los primeros que lleguen se aprovecharán de ellas y el resto… bueno, se quedará con las ganas. Por fortuna, hay algunas páginas donde muchos usuarios ponen en común todo los chollos que van surgiendo. En este artículo vamos a destacar algunas de ellas, además de dar consejos útiles sobre cómo aprovecharlas mucho mejor.

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La tecnología se ha expandido tanto en los últimos tiempos que está llegando a invadirnos. Aquellos que todavía teman una rebelión delas máquinas no podrán dormir tranquilos sabiendo que hay cada vez más dispositivos a nuestro alrededor, aparatos que además son inteligentes y que pueden ver y escuchar todo lo que hacemos. Dejando a un lado la paranoia de la conspiración, lo cierto es que la tecnología ha llegado a los hogares no solo en forma de PC o tablet, sino también de los altavoces inteligentes, unos dispositivos que todavía están arrancando pero de aquí a  poco seguramente se encuentren en buena parte de los hogares.

Existen multitud de altavoces inteligentes, que además de cumplir la función como altavoz normal para escuchar música, vienen con un asistente virtual integrado, capaz de solventar todas nuestras dudas y de ayudarnos a navegar por Internet sin mirar siquiera una pantalla, para conocer noticias, curiosidades, revisar el correo o incluso hacer compras. Uno de los últimos en aterrizar, pero de los que más están destacando, es Alexa, el sistema operativo integrado en la línea de altavoces Amazon Echo, del gigante de las compras online. Si todavía no lo conoces no te preocupes, porque aquí vamos a mostrarte todo lo que puedes encontrar en él.

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Apple siempre ha sido una marca que ha sabido destacar por encima de la competencia gracias a sus productos, a la calidad de los mismos, y sobre todo, a su exclusividad. Apple ha sabido crear imagen de marca para que todo el mundo quiera demostrar que lleva un dispositivo con la manzanita mordida detrás, desde los Macbook hasta los iPhone, los teléfonos inteligentes que abrieron la brecha en la era de los smartphones. Todavía a día de hoy estos teléfonos siguen siendo una de las más preciadas pertenencias que todos buscan, y es que poseer un iPhone es dar una imagen de estilo, exclusividad, elegancia y también poderío.

Han sido muchas las versiones que han aparecido en los últimos tiempos, porque Apple siempre busca llevar mucho más allá el mercado y ofrecer cada año alguna novedad, para todos aquellos que quieran tener siempre lo último. Las diferencias entre estos modelos son a veces importantes, así que cuando nos planteamos comprar un iPhone, debemos saber diferenciarlos entre sí, conocer las características de cada modelo y cómo se deben adaptar a lo que nosotros buscamos. Al final, estos teléfonos hacen lo mismo que otros smartphones, solo que mejor y con materiales de más calidad, que también hay que pagarlos, por supuesto.

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Siempre se ha pensado que los juguetes son solo para niños, pero hay muchos adultos que siguen disfrutando de ellos, tal vez no de la forma en la que fueron concebidos, para jugar y desatar la imaginación, pero sí como objetos de coleccionista que pueden tener en una estantería, haciéndose cada vez con más de estos juguetes, con más figuras, hasta completar una enorme colección. ¿Por qué lo hacen? Por nostalgia, por gusto, por cualquier razón. El caso es que este tipo de juguetes, los que tienen más de treinta años sobre todo, están muy bien valorados, especialmente si son extraños o raros, y no se encuentran fácilmente.